La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a una conferencia: "Tejiendo alternativas para las mujeres" en la que Anjali Tapkire, representante de Creative Handicrafts, nos contaba la finalidad de esta organización de comercio justo del sector textil en Mumbai (India) y su experiencia dentro de la misma.
El sector textil ha sido uno de los que más se ha aprovechado de los países como India para fabricar sus productos ya que les permitía conseguirlos a costes mucho más baratos que en países como los europeos. Esto es la deslocalización, ello conlleva a que las marcas/empresas no se responsabilicen de las condiciones en las que se trabaja para conseguir sus pedidos. Obviamente estas condiciones son malas: existe una discriminación sexual ya que este tipo de fábricas está muy feminizada: el 90% son mujeres, la mano de obra es muy barata (muy por debajo del mínimo establecido por el estado de cada país), no se permiten sindicatos, la cobertura social es mínima por no decir nula y existe subcontratación.
El comercio justo intenta suprimir todas estas injusticias e intenta mostrar que existe un modelo económico distinto y además más sostenible.
Escuchar a Anjali me permitió ponerle cara a la ropa que he comprado. Cada vez que voy a una tienda de ropa, ahora no solo me pregunto ¿Dónde está fabricada esta prenda? sino también ¿en qué condiciones está fabricada? Ser más crítica con lo que compro y dónde lo compro; es cierto que también me planteo la diferencia entre comprarlos en centros comerciales grandes que en comercios de barrio ¿es lo mismo comprarlo en un sitio u otro? Quizás dentro del mismo mal, lo mejor es que parte del reembolso económico se lo lleve el local del barrio, eso sí siempre poniendo la puntilla y preguntar o interesarse de dónde proviene o no dicha prenda. Porque ¿qué podemos hacer nosotros? ¿no comprar nada que no sea europeo o de comercio justo? Eso sería lo ideal, pero de momento muy caro y muy difícil para según que economías. Yo creo que más bien deberíamos ser como digo más críticos, movilizarnos para que las condiciones laborales de los trabajadores sean dignas, sensibilizar y educar cuando vayamos de compras tanto al vendedor como a quien te acompañe. Por otro lado, preguntarse ¿qué necesito realmente?, comprar de segunda mano o realizar trueque de prendas con amigos/familia.
Esta conferencia me ha hecho cambiar mi modo de comprar ropa, reflexionar sobre cómo las mujeres se esfuerzan en conseguir unas condiciones dignas, en cómo acaba con el tiempo todo encajando y sus maridos y los hombres aceptando que ellas lleven las riendas de sus vidas y que como ambientóloga el comercio justo es un punto en el que no había pensado y también es muy importante como ejemplo de sostenibilidad.
Y vosotros, ¿soys críticos con vuestras compras? Comentadme tanto por aquí como por twitter
Compramos y compramos. Justo es cuando se establece un equilibrio en los valores, así puedes comparar y decir he comprado y he pagado lo justo. Pero nuestro comercio se basa en oferta y demanda, capitalismo. El valor es ese. El valor de quien, como y con qué está hecho supone tener una información que todavía no está incorporado a la mayoría de prendas
ResponderEliminarEfectivamente, poco a poco debemos ir exigiendo esa incorporación.
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