Hace pocos días os hablaba de mi viaje a Dublín y de todo lo que me pareció curioso desde el punto de vista de una ambientóloga. Pues bien, como bien dice Dorothy el aburrimiento (recordad, estoy en paro y cada día he de reinventarme) se cura con curiosidad y la curiosidad ha sido lo que me ha llevado a indagar sobre la planta invasora que os comentaba en la publicación anterior.
Ulex minor/ Ulex europeaus |
No tengo claro a ciencia cierta si la especie en cuestión es Ulex minor o Ulex europeaus pero me decanto más por esta última. Para conocer más sobre esta planta utilizo varios recursos el más obvio es google o goolge academic donde aparecen infinidad de páginas e informaciones que se tienen que filtrar para obtener la que más conviene, gusta o informa mejor. Otro de los recursos que estoy empezando a utilizar cada vez más es el grupo de ambientólogos del facebook (recomiendo a cualquier ambientólogo que esté conectado a estas andanzas de una ambientóloga en paro que se una a ellos) donde expuse mi duda/curiosidad y me respondieron con este enlace Global invasive species database.
Así pues, si buscamos Ulex minor no obtendremos ningún resultado, pero si buscamos Ulex europeaus, la que en mi opinión es posiblemente la especie indicada, encontraremos que sí es una especie invasora en diferentes países, pero Irlanda no aparece como una de ellas, posiblemente porque no hay datos suficientes para afirmar que es invasora en el lugar.
De todos modos, es interesante leer la ecología de la planta. Aparece casi en cualquier sitio, praderas, acantilados, zonas costeras... todos los sitios donde aparecía en Irlanda. Es invasora por competición, se adapta mejor a los suelos (casi a cualquier tipo), fija nitrógeno y acidifica el suelo. Se introdujo por países del oeste europeo como planta ornamental (¿Irlanda uno de ellos? no lo creo).
Los métodos utilizados para combatirla van desde la utilización de productos químicos, herbicidas hasta culturales. Cuando estuve en Dublín, nos comentaron que los ganaderos lo que hacían era quemarlas lo que nunca es una buena idea, ya que el fuego puede parecer un amigo fiel y rápido, pero se convierte en un feroz e incontrolable enemigo.
Me ha gustado indagar sobre el tema y como el paro me lo permite, estaré encantada de investigar cuaquier otro tema ambiental del que tengais interés.
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