"Cuando plantamos árboles, plantamos semillas de paz y esperanza" Wangari Muta Maathai
La mujer en la ciencia es un tema que cada vez me apasiona más, tanto que realicé mi Trabajo Fin de Máster (TFM) de Profesorado de Secundaria sobre ellas.
Me sorprende el desconocimiento general y también el mío particular de la cantidad de mujeres que han participado en la historia de la ciencia y que aun así han quedado en el olvido. Evidentemente hay alguna excepción (Marie Curie, Hipatia de Alejandría...), pero durante este viaje de investigación he podido conocer a grandes luchadoras, trabajadoras y empoderadas mujeres, que mediante su esfuerzo y tesón han conseguido hacer lo que más les gustaba, la ciencia.
Hoy os quiero presentar a una de estas mujeres: Wagari Muta Maathai, bióloga, activista y premio nobel de la Paz.
Wangari nació y creció en Kenia en la región rural de Nyeri, hija de campesinos, conoció de primera mano el trabajo duro que el campo supone y las dificultades que tenía un agricultor para salir adelante.
A Wangari no le bastaba con ayudar a sus padres en los quehaceres diarios, tenía unas inquietudes mayores. Ella quería ayudar a su tierra a resolver los problemas ecológicos (deforestación, contaminación...) y humanitarios (injusticias sociales, desigualdad...) que asolaban su país y por ende el continente africano. Para conseguirlo necesitaba adquirir nuevos conocimientos y herramientas que solo podía conseguir de una manera: estudiando. Estudió en la escuela local y gracias a sus buenas notas finalmente logró una beca para estudiantes africanos y se fue a EEUU.
Pasados los años obtuvo el graduado en biología y máster en ciencias biológicas además de muchas otras vivencias que calaron en su persona, como las protestas en contra de la guerra de Vietnam lo que la motivaron, más aún si cabe, a intentar hacer algo por su tierra. Allí volvió para continuar con su carrera científica en la universidad de Nairobi. El doctorado fue el siguiente paso, se fue a Alemania a estudiar y retornó a su tierra a defender su tesis. Ese día no cabía ni un alfiler en la sala y no era para menos, ya que se iba a convertir en la primera mujer de África Oriental en obtener un doctorado, ahora también sería Doctora en Anatomía Veterinaria.
A mediados de los 70 obtuvo una plaza de profesora adjunta de anatomía en la Universidad de Nairobi, consiguiendo más tarde la jefatura del departamento. No fue un camino de rosas, como a muchas mujeres les ocurría, los compañeros de Wangari no veían con buenos ojos tener a una mujer como compañera de trabajo y mucho menos recibir órdenes de ella.
El contexto social del momento era muy delicado. La deforestación avanzaba a marchas forzadas y con ella la escasez de leña, suelos poco productivos y cursos de agua secos. Las comunidades agrícolas veían sus fuentes de riqueza mermadas, cada vez se empobrecían más originando, en consecuencia, desigualdades sociales muy grandes.
Wangari vió la manera de actuar para solucionar o paliar estos problemas y así lo hizo, fundó el Movimiento Cinturón Verde (Green Belt Movement) en 1977.
Esta iniciativa consistía en que las mujeres recogieran y cultivaran en invernaderos semillas de especies nativas proporcionándoles un trabajo con beneficios económicos que les supondrían una mayor independencia, fuerza y autoestima. A su vez, esta acción ayudaría a mejorar la calidad de los suelos tan degradados.
El movimiento que nació a un nivel local, consiguió extenderse a los países colindantes y un gran reconocimiento internacional. A lo largo del tiempo se consiguió plantar en Kenia más de 30 millones de árboles.
Todo el camino recorrido para lograr este éxito estuvo envuelto también en disputas con los gobernantes de Kenia, detenciones e incluso torturas. El ambiente político monopartidista, con un presidente con tintes autoritarios y déspotas hizo que Wangari tomara conciencia de que la política estaba íntimamente relacionada con todos los problemas ambientales y sociales y luchó para que ese ambiente político cambiara a una democracia real y elecciones multipartidistas.
Todo su trabajo y lucha fue reconocido internacionalmente cuando le concedieron, en 2004, el premio Nobel de la Paz por "su contribución al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz". Fue la primera mujer africana y primera ambientalista en conseguir este premio.
Ayer, 25 de Septiembre, hizo 7 años que nos dejó.
Fuente: Baraja de cartas "Womens in science" idea de Anouk Charles y Benoît Fries |
@MariAmbient