sábado, 9 de septiembre de 2017

RITA LEVI-MONTALCINI

"El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el cerebro!" Rita Levi-Montalcini

Retomamos de nuevo Andanzas de una ambientóloga con el tema, que a través de la encuesta que realicé en twitter elegisteis vosotros, mujeres y ciencia. Un apartado bastante reciente en mi blog con solo dos entradas Margarita Salas y Rosalind Franklin dos magníficas mujeres, dos magníficas profesionales y por supuesto dos magníficas científicas. 

La mujer que os presento cumple con creces estos calificativos, ya que es una de las que ha ganado un Premio Nobel en Fisiología y Medicina en 1986.

La carrera científica la comenzó en la rama de medicina y cirugía en Turín, finalizándola en 1936.
Debido a su condición de judía, en 1943 fue expulsada de la universidad donde pretendía seguir sus estudios porque Mussolini prohibió el acceso a la universidad a todas la personas judías.

Rita no se rindió, marchó a Florencia donde siguió investigando en un laboratorio clandestino que montó en su propio dormitorio.

Una vez acabada la segunda guerra mundial recibió una oferta de la universidad de Washigton supervisada por el zoólogo y embriólogo Viktor Hamburguer que había oído de sus avances en sus investigaciones clandestinas.

Aquí haría el descubrimiento que le otorgaría el premio nobel en 1986, el factor de crecimiento nerviosos (NGF).

El factor de crecimiento nervioso es una molécula requerida para el desarrollo, diferenciación, crecimiento y supervivencia de las neuronas periféricas y del sistema nervioso central durante el desarrollo humano y la vida adulta. Para demostrarlo Rita trasplantó células tumorales de ratón a embriones de pollo revelando que éstas inducían el desarrollo de los nervios simpáticos.

Esta molécula pertenece a una serie de sustancias conocidas actualmente como neurotrofinas y la primera de ellas en conocerse.

El descubrimiento de dichas sustancias propició nuevos campos de investigación vinculados con malformaciones, demencia senil y tumores.

Este trabajo de investigación no fue lo único que ocupó su vida, fue profesora en Sant Louis, creó una unidad de investigación en Roma que compaginaba con lo anterior. Además era una gran feminista, una de sus frases más populares <<yo soy mi propio marido>> la decía cada vez que le preguntaban por qué no se había casado.

Así mismo fue una gran humanista, luchó contra las minas antipersona y su fundación ayudaba a las mujeres africanas en su educación para liberarlas de la opresión. 

Vivió más de 100 años, pero su cerebro no se le arrugó. 



@MariAmbient

PD: ¿Quién será la mujer elegida para la próxima entrada de Mujer y Ciencia? 

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